lunes, junio 17, 2013

rojo y azul

  



Sí, algunos no dejamos de tropezar en la misma piedra, pero siempre con la esperanza de salir rebotados a un lugar más interesante.



El miedo de la sangre conforme se aleja del corazón. El miedo de la sangre conforme se interna en las galerías oscuras de la carne.



Uno que ríe a carcajadas para mantener a raya a los demás.



Los latidos del corazón, esperando su gran momento, y luego ¡qué breve todo! Somos los legatarios de su decepción.



Cada tiempo concibe sus propios problemas.



Toma impulso hasta para callar.



5 comentarios:

Anónimo dijo...

Perdón por la irrupción y el cambio de tema, pero sospecho que se me disculpará: la cuestión es que ando buscando un poema, creo que de Leopardi AUNQUE HACE POCO HE RELEÍDO SUS CANTOS Y NO LO HE VISTO, en el que aparecía el poeta mirando por una ventana, añorando la vida de aquel que se veía r andando libre por los caminos; el poeta intuía a su vez que aquel hombre anhelaría estar en lugar del poeta, en aquella ventana, al resguardo de aquella habitación, envuelto en esa luz doméstica. ¿Sabe alguien cómo se llama el poema?

Unknown dijo...

Papilas gustativas del sentimiento:

La herida sabe metálica.

La pena salada.

La traición amarga.

La ternura dulce.

Paradera Desconocida dijo...

Papilas gustativas del sentimiento:

La herida sabe metálica.

La pena salada.

La traición amarga.

La ternura dulce.

Ángel Muñoz dijo...

grandes aforismos, sin duda.

ÍndigoHorizonte dijo...

Tomar impulso hasta para callar... me lo apunto.