Son
tres y hablan a voces, salpicando el diálogo con insultos cariñosos mientras esperan
al pie de un cruce. De pronto, oímos a uno decir: «En Madrid, ahora, los
saurios se venden como caramelos». Por su mezcla perfecta de disparate y sequedad realista, la frase nos recuerda esta otra que oyó por azar un amigo poeta: «En
Madrid es más fácil conseguir un león que un enano».
Retorno hacia la aldea
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Retorno hacia la aldea
Sobre el bisel de la llanura erguido,
como una torre de soñar cansada,
el caballero esgrime al sol su espada
y otea el horiz...
Hace 2 horas
1 comentario:
Pasear, escuchando a los viandantes y dejando a un lado los cascos, tiene sus recompensas.
Abrazo, J.
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