viernes, septiembre 14, 2012

ecos


Ni me acordaba de estos dos poemas. Se escribieron, no sé, hace veinte o veintiún años y acabaron formando parte de La anatomía del miedo (1994), publicado de forma casi clandestina por el Ayuntamiento de León. Ahora David de San Andrés (aka David González) ha tenido la gentileza de recuperarlos en su bitácora. Gracias, David. No puedo evitar una mueca de disgusto cuando leo muchos poemas de aquella época, lastrados por vicios de estilo que piden a gritos una corrección. Pero el paso del tiempo también se nota en que uno convive más fácilmente con sus propios errores. O dicho de otra forma: leo estos poemas como si fueran de otro. Y es que, en buena parte, lo son.

Entretanto, mi buen Elías Moro sigue con su generosa labor de ir colgando entradas de Bestiario del nómada en su bitácora. A este paso no tardará en dar buena cuenta de todo el libro. Su generosidad me abruma. Ahora le ha llegado el turno a la «Cebra fantasma», y me pregunto qué extrañas redes maneja Elías, que ha conseguido atraparla sin un rasguño.

1 comentario:

Elías dijo...

Generosidad la tuya, Jordi, por regalarnos tan hermosos textos; yo sólo actúo de mensajero o altavoz en la medida de mis fuerzas.

Abrazo "bestial".