martes, junio 09, 2009

circo

Welcome, my friends, to the show that never ends

La mayor parte de los hechos (para empezar, y sobre todo, muchas de las noticias que difunden los diarios y la televisión) suceden en un plano tan alejado de mi experiencia vital, o me resultan tan extraordinarios, que los recibo como si fueran ficción. Esto no quiere decir que no haya una corriente de empatía con ellos o que no pueda identificarme con sus protagonistas (de ser así, carecería por completo de imaginación y no podría leer libros ni ver películas, algo absurdo), sino que ni siquiera me los planteo como una posibilidad real, una alternativa viable. Me son tan ajenos que puedo asistir con perfecta frialdad a su desenlace. El distanciamiento, aquí, no es una rémora o un obstáculo para la identificación imaginativa, sino su prerrequisito, su condición necesaria. Aunque la emoción básica, la cadencia de fondo que rige todas mis reacciones, es la incredulidad, una profunda incapacidad para creer lo que ven mis ojos, como si no estuviera pasando o acabara de pasar. De ahí que sólo haya podido vivir, pasar de un día a otro con un mínimo de aplomo, gracias a una hipertrofia de la imaginación.
   

3 comentarios:

Al59 dijo...

Nuevo sentido del viejo proverbio: ars longa, vita brevis. El espectáculo nunca concluye. La paciencia del espectador, sí. Hay que sentirse arte y parte del teatro para gozarlo, o al menos soportarlo (all this world is but a play, be thou the joyful player). La alienación va por ambos caminos: ni me interesa lo que los medios me cuentan ni me cuentan lo que me interesa. Entre tanto ruido, es difícil saber si uno sigue afinado (o si lo estaba, en primer lugar).

Toño dijo...

Sí, esa misma sensación de "distancia" con respecto a lo que cuentan las noticias, esa condición de "hechos dicticios" la he sentido muchas veces. Podrían contar otras cosas y daría igual.

Jordi Doce dijo...

Así es, Toño y Alejandro. Vamos buscando otras fuentes de datos, otros diálogos. Entretanto, educamos nuestra imaginación para comprender/percibir lo que nos cae encima cada día. Abrazo, J12