martes, enero 27, 2009

pound

Diría que los Cantos más hermosos de Ezra Pound (1885-1972) son los primeros, donde la arbitrariedad y la incoherencia estructural todavía no han hecho de las suyas, y también los fragmentos finales, breves astillas líricas donde refulgen frases en las que Pound hace balance, por lo general amargo, y trata de enmendar sus errores y «pecados». Este fragmento, en concreto, incluye un autorretrato irónico y memorable que es, además, un intento bastante honesto de explicar (y perdonarse) sus propios actos. «Una carcasa hinchada y sin aliento / pero aún la luz canta eterna…»


Del «Canto CXV»

Los científicos viven en el pánico
    y la mente europea se ha estancado
Wyndham Lewis prefirió la ceguera
    a dejar que su mente se estancara.
Noche entre garofani, bajo el viento,
    casi quietos los pétalos.
Mozart, Linneo, Sulmona,
Cuando nuestros amigos se odian
    ¿cómo puede haber paz en este mundo?
Sus asperezas me entretuvieron cuando era joven.
Una carcasa hinchada y sin aliento
    pero aún la luz canta eterna
un pálido destello en la marisma
    donde el heno salado murmulla a la marea
Tiempo, espacio,
    ni vida ni muerte son la respuesta.
Y del hombre que busca el bien,
    que hace el mal.
In meiner Heimat
    donde los muertos caminaban
       y los vivos eran de cartón.


Trad. J.D.

9 comentarios:

Elena dijo...

¡Que sabor tan áspero en la boca!

Olga Bernad dijo...

Aspero y metálico. Ninguna respuesta y qué rara belleza en esas astillas líricas y lúcidas.

Juan Manuel Macías dijo...

Estoy de acuerdo con lo de los primeros cantos de Pound. Así es, éste es muy hermoso, y enorme tu versión.
Abrazo.

Antonio Rivero Taravillo dijo...

Los fragmentos finales son, como tú dices, astillas que se clavan muy adentro. Nunca olvidaré el "I have tried to write Paradise" o "Her name is courage & is written Olga". El poeta prolijo se volvió seco(tempus tacendi...) y emocionante cuando quiso hace balance de su propia vida y no, aunque no le faltaba razón en muchas cosas, de la usura y sus engaños.

Antonio Rivero Taravillo dijo...

Por cierto, y se me olvidaba: qué excelente traducción, Jordi.

Jordi Doce dijo...

Sois muy amables, y me alegra mucho saber que el poema os ha gustado. Es un tono especial el de este Pound, lleno de tirantez y a la vez de ternura. La versión tiene algunos años pero la he vuelto a mirar y he quedado conforme. A veces ocurre... Abrazo. J12

Unknown dijo...

Jordi: gracias por el vínculo a mi blog. El tuyo me gusta mucho. Enhorabuena por la traducción, me pareció buenísima.

Saludos desde Buenos Aires,

EZ.

Los viajes que no hice dijo...

Pues mira. Yo estas cosas no suelo hacerlas. No pido que me firmen libros (salvo a Antonio Gamoneda, por ser vos quien sois),ni suelo leer los prólogos. Y me gusta Pound y me gusta el poema. Tampoco aguanto mucho los blogs literarios, a pesar de estar hecha de palabras...

Pero tengo en mi casa Los señores del límite. Y me he enamorado. Y, como en poesía una se enamora del autor casi tanto como del traductor, pues nada.

Que muchas gracias. Todas las gracias del mundo, en todos los sentidos que les quieras dar.

Jordi Doce dijo...

De nada, Ezequiel, encontré tu blog por casualidad estas pasadas navidades y me lo apunté de inmediato. Eres más que bienvenido.

Ay, viajes que no hiciste, me alegra mucho que esos "lords of the limit" te hayan gustado. Fueron muchas horas de trabajo, mucho esfuerzo, la verdad, pero tus palabras de elogio y agradecimiento me reconfortan y acompañan mucho. Un abrazo, J12