domingo, noviembre 30, 2008

en la calle

Mientras hablaba por teléfono iba caminando abstraída, pisando el bordillo, cayendo a veces del lado del asfalto para volver de un salto a la acera. Como si quisiera mostrarnos que su conversación, lo que allí se decía entre largas pausas y monosílabos cortantes, con labios incrédulos, pendía literalmente de un hilo.

3 comentarios:

Óscar Santos Payán dijo...

Espero que todos estos minirelatos, aforismos, pensamientos breves pero intensos y con cuerpo vean la luz en algún libro para poder disfrutar de ellos en su conjunto y poder visitarlos de vez en cuando. Un abrazo

bydiox dijo...

Me ha recordado a algo que hace algún tiempo leí, un artículo de Pérez-Reverte en el que contaba cómo la gente del tren (?) gritaba a voces por el móvil y a él le miraban raro cuando susurraba para no molestar como diciendo qué tendrá que ocultar. Cosas de la vida moderna, supongo.

Jordi Doce dijo...

Supongo que algún día, Oscar. Tampoco hay prisa, al menos en mi caso. Lo que tenga que ser, será. Pero te agradezco los ánimos.

Hola y bienvenido, Bydiox, sí, en nuestro mundo la discreción parece sospechosa, una forma de la ocultación. Está bien esa idea. J12